El nicho del Amor: la Aceptación
Marta Campillo R
La aceptación que recibimos de otros seres humanos tanto en las relaciones vitales como en otros tipos de contactos sociales, tiene un efecto emocional fundamental para la persona, tanto así que se ha considerado que las consecuencias emocionales que las relaciones tienen, es definitorio para el desarrollo de lo que seremos como seres humanos. Así una pregunta central sería ¿Cuál es la importancia de conocer y analizar la manera en como nos relacionamos y las repercusiones que esto tiene para nuestra vida?
Los teóricos de la comunicación entre ellos el Dr. Paul Watzlawick ha propuesto que cuando nos relacionamos con otras personas establecemos patrones relacionales aunque no sean concientes o no nos demos cuenta de que lo hacemos. Además no solo es importante el contenido de lo que hablamos con los demás, la historia de lo que se dice sino las características de la relación. Así las relaciones pueden ser de Aceptación, de Rechazo, de Descalificación, de Desconfirmación y de Doble Vínculo.
Cuando una persona nos acepta, ese ser acogido por el otro nos confirma, sobretodo si ese amor incondicional es, como el amor que generalmente se recibe de los padres, o de las relaciones fundamentales, el impacto emocional de la aceptación es de “tu vales” y desde esa perspectiva el aprender a vivir se allana, el aprender a no hacer tan graves los problemas y a perdonarse cuando uno se equivoca se facilita, el cariño sana las heridas, nos enseña a ser generosos con los y con nosotros mismos. El sabernos queridos nos da una referencia de pertenecer a una familia y la oportunidad de aprender a dar amor al tiempo que se recibe. Ser aceptado al inicio de la vida nos hace crear una protección interna de seguridad que nos acompaña a lo largo de la vida, nos permite confirmar que nuestra existencia vale.
Cuando en las relaciones encontramos rechazo, si este está claro, por ejemplo en el caso de que alguien no esté de acuerdo con lo que decimos, es fácil aceptarlo pues es está clara la relación. Si alguien prefiere no llevarse con nosotros y rechaza la relación con nosotros, aunque no es placentero tenerlo que reconocer es una situación con la que tenemos que aprender a vivir y a asumir que no con todas las personas nos vamos a llevar bien. El efecto emocional del rechazo es “tú no vales”.
Lo complicado viene cuando la relación es de descalificación, esto es, el menospreciar a la persona indirectamente, negando que ella tiene razón en algo que dice, por ejemplo decirle “tú no hables pues no sabes”. Además se descalifica cuando le cambiamos el tema de la conversación a la persona, esto es como salirse por la tangente; o le contestamos con un chiste que niega o no responde a los sentimientos que ésta está planteando. El efecto emocional de la descalificación es “tú no cuentas”. La descalificación es confusa pues al ser indirecta a la persona no le queda claro que es lo que está mal, aquí es como agredir de manera indirecta y eso tiene la consecuencia de hacer difícil la relación en la cual uno se siente atacado continuamente.
Uno de los patrones más difíciles es el de la desconfirmación, pues aquí se ignora la existencia de la persona, como se dice comúnmente se “pone la ley del hielo”. Claro esto no es significativo si la persona no es de importancia vital pero si esta persona es alguien cercano, con el que tenemos un gran afecto y cercanía, el que se corte la relación tiene un fuerte impacto emocional. El efecto emocional de la descalificación es “tú no existes”. Cuando esto le sucede a alguien de niño y la persona que lo desconforma es una persona de vital importancia, el efecto es crecer si haberse sentido confirmado, con inseguridad, con rebeldía, con enojo y con una tendencia a la tristeza profunda y el dolor de sentirse negado, no reconocido como ser humano.
El Doble Vínculo es un patrón que es el núcleo de muchos de los problemas que tenemos en las relaciones pues éste se caracteriza por tres elementos: hay una relación vital, una paradoja y la imposibilidad de aclarar lo que pasa, no se pude platicar ni tampoco irse o evitarlo, la persona se siente atrapada. La oración que nos ejemplifica en que consiste es: “sí…pero…no”, Esto es, “Te quiero pero no te acepto”, “quiero la relación pero no quiere ser fiel”, “me voy pero me quedo aquí”. Todos expresamos muchas cosas y nos ponemos en un doble vínculo, por ejemplo si decimos “quiero bajar de peso pero no quiero hacer nada”, así eso es un mensaje con una doble valencia, positiva y negativa y así no se puede resolver ni aceptar, tenemos que ponernos del lado del sí o de la posición de no y decidir. El problema es cuando el doble vínculo es permanente y la condición de confusión ocurre desde la infancia. Así lo que hacemos y como tratamos a las personas es crucial para lo que somos, por lo tanto recibir y dar aceptación es el secreto de la armonía en las relaciones.
Para enviar comentarios: martacam2000@yahoo.com.mx